Cada estación tu organismo tiene unas necesidades distintas y que están relacionadas con la climatología, entre otros factores. Con la bajada de temperaturas de los últimos días, ya ha quedado claro que el invierno está a la vuelta de la esquina. A continuación, te damos las claves para cuidarte y afrontarlo con el máximo de energía.
Llena el carrito de la compra con productos de temporada que aporten las vitaminas y los nutrientes que necesita tu organismo para aumentar las defensas y afrontar mejor las bajas temperaturas. Las peras, manzanas y uvas, contienen vitamina E y son antioxidantes (ideales para la piel 😊). Los lácteos son una buena fuente de vitamina A y te ayudarán a picar sano entre horas. ¡Añádeles fruta, cereales o semillas para hacerlos más apetitosos! El pescado azul, rico en ácidos omega 3, también aporta un sinfín de beneficios para la salud. No olvides incluirlo en tu dieta.
Es tiempo de sopas, caldos y guisos, pero también de infusiones y otras bebidas calientes, para entrar en calor en los días fríos. Cambia las ensaladas y los alimentos crudos por cocciones más elaboradas con verduras y hortalizas para nutrirte mejor.
En esta época del año el cuerpo te pide más energía y la tendencia es comer más. Tener un aporte de calorías extra es beneficioso pero siempre que sea comida sana. Evita llenarte de calorías vacías. ¿Has probado las chirimoyas? Son ideales para un antojo dulce pero a la vez sano.
Beber agua no solo es importante en verano, también hay que pensar en hacerlo durante la estación invernal ya que es la manera que tiene el cuerpo de mantener los niveles de hidratación. Bebe mucho si haces deporte y cuando estás con gripe o resfriado.
Beber agua no solo es importante en verano, también hay que pensar en hacerlo durante la estación invernal ya que es la manera que tiene el cuerpo de mantener los niveles de hidratación. Bebe mucho si haces deporte y cuando estás con gripe o resfriado.
El frío, el cambio de temperaturas y los ambientes secos por culpa de la calefacción, son los factores externos que más estresan a tu piel. Se reseca e incluso pueden llegar a aparecer las temidas rojeces en el rostro, en las más sensibles. Hidratarla y nutrirla con cuidados diarios adaptados según nuestro tipo de dermis es fundamental. Y por supuesto un buen masaje o un tratamiento de belleza de nuestra carta también ayudarán a mantenerte durante el invierno 😉