Descubre cómo se mantienen las aguas termales de Caldea

El agua termal es el elemento principal de Caldea y su razón de ser. Por este motivo, el tratamiento de las aguas es una de las partes más importantes en nuestro día a día y que requiere de un buen sistema para que siempre estén en condiciones óptimas.

Lo primero que tienes que saber es que el agua de Caldea brota entre 65º C y 70º C de diferentes manantiales naturales situados en Escaldes-Engordany, la misma población donde nos encontramos. Antes de llegar a las piscinas, jacuzzis y bañeras, pasa por diferentes procesos para que puedas bañarte en ella cuando vienes a visitarnos. En primer lugar, la filtramos y la enfriamos hasta llegar a una temperatura de entre 34 y 37 grados. Después de realizar este primer tratamiento, las calorías que sobran, se aprovechan para el sistema de calefacción, gracias a intercambiadores especiales hechos con placas de titanio. Así que el agua termal, también nos ayuda a ahorrar energía.
Pero este no es un proceso que se haga una sola vez, sino que es continuo. El agua de las instalaciones se renueva cada 6 o 3 días en función de la temporada y de las necesidades que se tenga en cada momento.

Además una vez al año, nuestro spa lleva a cabo una “parada técnica” para acondicionar los espacios y hacer un vaciado completo de las lagunas. En mayo suele ser el del Termolúdico, Likids y Orígenes y en junio es el de Inúu. Cada uno dura unos 11 o 12 días.

Sin ningún tipo de tratamiento a parte del que se hace para poder utilizarlas, las aguas termales de las que disfrutamos son muy ricas en minerales. En su composición química se puede encontrar: calcio, sodio, magnesio o hierro… entre otros. Estos minerales las hacen muy beneficiosas para la piel y para el organismo por sus efectos antiálgicos, cicatrizantes, descongestionantes y antialérgicos. Aunque en Caldea nos gusta más la parte lúdica, el contraste de temperaturas y los juegos de agua que nos proporciona este elemento.